jueves, 7 de julio de 2011

Las no despedidas..


Está claro: uno entra y saluda, uno se va y se despide.

Debería ser tan fácil....tan natural....tan evidente.

Sin embargo, hay veces que uno desea con tanta intensidad ese "hola"... que llega el momento, y algo nos invade, unas manos de temor tapan nuestra boca...y apenas se escapa un gesto cotidiano, algo que enmascara nuestro hola intenso y lo transforma en un suave "hola", que puede parecer que ni siquiera saludamos...


Pensamos y fantaseamos en esas gran despedidas, esas que decimos cosas importantes, que uno chequea con el otro y se dicen verdades y azúcares, y en la cabeza de alguien suena cómo va a ser la voz del otro...hasta que llega de verdad el momento, la energía se mueve para separar y atraer cuerpos...y sólo queda un adiós que puede ser parecido a cualquier otro, pero que la intensidad del momento hace que luego,..llevemos con nosotros ese instante..durante horas...que desmenucemos en fotogramas como nos acercamos a besar a otro...como si fuera uno más...enmascarando una vez más un corazón que late con fuerza..o quizás dos.

Ella no se maneja, no sabe conducir en las distancias cortas que son propias...nunca está segura que ella sea la protagonista de la historia, duda de que esa mirada sea para ella...
Él levanta muros...de silencios, de colores, de soledad...pero son muros tan seguros, tan firmes...que en vez de alejarla...la acercan, quiere saltarlos, a veces piensa en derribarlos con ternura...otras en unirse al muro, quedarse alli...los muros son también lugares que protegen y que cuidan algo...ella también quiere estar al otro lado del muro.


A veces...algo pasa..que las torpezas se esconden en la lengua...y no llega...
Lo que sí dan tregua son las letras, con ellas podemos decir...incluso...podemos llegar a tocar el cielo.

B.

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