miércoles, 27 de agosto de 2014

Esa confusión te la quito en un baile


Y Tiffany le dice: El baile me deja ser eso. - y señaló hacia arriba, hacia el cielo, hacia el sol.



Apuesto por probar cosas nuevas, de aprender algo diferente de lo que no tengas ni idea, de jugar por jugar, de hablar con gente curiosa. Cualquier búsqueda de experiencias nuevas que vaya acompañada de sentido común, es un brindis por la alegría y el sentirse vivo.

Pues esta vez, estoy probando bailes diferentes, de los que no exista el sentido del ridículo y sólo haya que centrarse en seguir a la profe y pasarlo muy bien.
 Así que con un ojo en el espejo y otro mirando a Unaprofe, mis pies se movían a ritmo de rock y claqué. La música hace que todo vaya mejor, no podría entender un mundo sin música, eso debe ser algo parecido al infierno, no?. Me gusta ese momento que ya dominas el paso y chas!, lo haces tuyo y lo sientes con sonido y es cuando verdaderamente bailas.

Tengo una hipótesis: Uno muestra su verdadero yo cuando baila con alguien. Allí cada uno  muestra QUIéN ES QUIéN. Los tímidos, los arrolladores, los buenos acompañantes, los sumisos, los equilibrados, los impulsivos, los seductores.....todas las facetas que pueden permanecer ocultas en una conversación, en un baile salen. La energía corporal es directa, no atraviesa garganta, es un directo de quién eres realmente.

Casi que para saber si encajamos con alguien, o si podemos ser buenos amigos....simplemente deberíamos echarnos un baile. No importa si un slowly o un foxtrot, tú baila y luego ya vemos si seguimos hablando.

Por eso cuando la gente se casa, los novios muestran un baile a los demás diciendo: veis, bailamos juntos, conectamos. Cualquier paso al andar puede ser un paso de danza, y cualquier ademán con nuestras manos se convierte en una pose...porque bailar es soñar con los pies como dice Sabina.

Una pose final con manos en la cintura y sonrisa de lado.